57) Añisclo Suroeste

El Glaciar de Añisclo Suroeste, también conocido como Glaciar de Arrablo o de Ramond, alcanzó durante la Pequeña Edad de Hielo una extensión de 33,3 ha, con longitud y anchura de 610 m y 530 m respectivamente. A día de hoy se conservan restos morrénicos de este glaciar extinto en el circo situado entre las cumbres de Monte Perdido y Soum de Ramond o Pico de Añisclo.

A pesar de que su exposición al suroeste es poco favorable para la conservación del hielo, mantuvo su dinámica glaciar probablemente hasta principios de la década de los 70. En esos años parecía tener ya una estructura de helero, conservando un espesor considerable en su sector superior. El proceso de retroceso experimentó una notable aceleración a finales del siglo XX. De idéntica manera que en los Ibones Blancos de Literola o los de Gourgs Blancs, el retroceso del hielo ha dejado al descubierto el Ibón de Arrablo, que se hizo visible por primera vez al final de la década de los años 80.

Aunque los restos de hielo dejaron de observarse en 2016, un helero de 0,7 ha se mantiene bajo la protección de los escombros, protegido de la radiación solar, en contacto con un segundo ibón superior, de aparición más reciente. Tal y como se indica en los Heleros de Coronas, Barroude, La Cascada o Brecha de Rolando, se trata de un nuevo ejemplo de “Helero negro” en los Pirineos, resultado de la combinación entre la regresión del hielo y su cobertura por materiales de erosión.

Los neveros que hasta avanzado el verano ocupan el espacio del antiguo glaciar y posterior helero, son visibles a gran distancia, convirtiéndose en la señal que identifica el Monte Perdido desde las llanuras aragonesas al sur de la cordillera.