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Una consistente morrena de más de 1 km de frente, en la base de la extensa vertiente norte del Pico Taillón, entre las aristas noreste y noroeste, muestra la existencia de un antiguo glaciar de escasa longitud, pero con un poderoso desarrollo horizontal. Se estima que durante la Pequeña Edad de Hielo pudo alcanzar una extensión de 15 ha, posicionándose en el 10º lugar en amplitud de cabecera.
Entre 1982 y 1985 se encontraba escindido en tres unidades (74-1-2-3). Su potente morrena le mantuvo poco visible, alejado y al margen de la mayoría de observaciones.
En el fragmento oriental (74-1), en 2012 apreciaron por última vez débiles grietas en el sector superior en el punto donde recibía la máxima acumulación de nieve procedente de la arista noroeste del Taillón. La mayor parte de su superficie estaba ya entonces cubierta por material de erosión, adoptando la morfología en un helero negro.
En 2017, únicamente era visible el hielo en su sector superior. Cinco años más tarde conservaba aún un mínimo espesor de hielo y se le catalogó como extinguido en el año 2023. Un nevero sigue ocupando su antigua ubicación y no se descarta la posibilidad de que existan fragmentos de hielo enterrados bajo la cobertura de derribos. Los fragmentos de Helero central (74-2) y occidental (74-3) se mantuvieron como aparatos residuales hasta su extinción total en 2023.
Este aparato glaciar pertenece al siguiente macizo:
