Los aparatos glaciares Central y Occidental de Infiernos formaron durante la Pequeña Edad de Hielo un único glaciar de 32,4 ha de extensión, el mayor del macizo y el 21º de los Pirineos. Su lengua de 1.060 m, fue una de las veinte que en la cordillera superaron el kilómetro de longitud. En el transcurso del primer tercio del siglo XX, ambos aparatos se separaron en dos glaciares independientes.
El Glaciar Central de Infiernos es el único aparato del macizo que perdura en la actualidad. En los últimos veinticinco años su retroceso y pérdida de extensión han sido muy evidentes. En 2016 un importante desprendimiento de rocas se sumó a la cobertura de material de erosión y contribuyó de manera decisiva a que una tercera parte de su extensión quedara bajo los derrumbes. En la última década, únicamente en una diminuta fracción de su límite superior conserva una capa de nieve durante todo el ciclo anual, siendo insuficiente para mantener el glaciar en equilibrio.
Actualmente es el glaciar más occidental de la vertiente aragonesa de los Pirineos, aunque su actividad es muy débil y tiende a la morfología de un Helero.
Como se ha indicado anteriormente, el 87) Occidental de Infiernos quedó separado hace un siglo del Glaciar Central. En el inventario de 1982-1985, y concretamente en las observaciones de 1983, era ya un helero poco extenso y muy arrinconado bajo la cumbre del Garmo Blanco (2.969 m), nombre con el que se conocía también al helero.
En la década de los años 90 se aceleró su deterioro, convirtiéndose en un aparato residual en 2006 y extinguiéndose en el desfavorable año 2012. A menudo a finales de la estación estival un nevero ocupa el espacio del antiguo helero.
A menudo la morrena marginal izquierda del conjunto que formaban el Central y Occidental de Infiernos durante la Pequeña Edad de Hielo se conserva en buenas condiciones, dando muestra del espesor y magnitud del antiguo glaciar.
Este aparato glaciar pertenece al siguiente macizo:
86) Central de Infiernos y 87) Occidental de Infiernos
Comparativa de imágenes


Comparativa de dos décadas, 2004 a 2023.
En 2004 el Glaciar Central de Infiernos. A la derecha el Helero Occidental cubierto de nieve. A la izquierda el Helero Oriental. (José Luis Piedrafita).
En otoño del año 2023, la nieve no ha sobrevivido ni en la cabecera del Glaciar Central ni en la ubicación del extinguido Occidental de Infiernos. Visibles las morrenas marginales izquierda y derecha de la PEH. (Matthieu Barokas).